"Los olores, los sabores, son una dimensión a parte, una dimensión subjetiva del individuo, fuera de la objetividad y la monotonidad. A través de éstas capacidades, conseguimos olvidar nuestra propia presencia física para evadirnos en un mundo de complejidad y de variedad de sentimientos y sensaciones efímeras, que nunca serán vividas dos veces de la misma manera. Un mismo olor, será interpretado, según la persona y las circunstancias que la rodean, de manera distinta.
El vacío, ausente de materia, bruma, niebla y también un sentimiento, el vacío no es más que materia subjetiva, nuestro medio de transporte a la evasión. La ausencia de materia crea en nosotros un sentimiento, sentimiento de pánico, de estrés, vivencias que nos pone la piel de gallina.
En los momentos en el que el hombre se siente solo, inconsciente, se evade a través de su imaginación, con la cual recrea sin poder evitarlo olores, olores de sus amores, de sus angustias.
Lo inoloro, por tanto, no existe, solo existe la ausencia de olor y ésta no tiene que ver con la vida, sino con la muerte.
Nuestra imaginación, permitida a la vez por nuestra inteligencia, nos ofrece un mundo a parte, siempre relativo a vivencias de realidad. Nos permite recrear momentos de la vida a nuestra manera, y nos deja la libertad de despreocuparnos de aquello que nos perturba.
El olfato, es una inteligencia viva, que sin parar capta e interpreta la esencia de la materia. Esta virtud, en ausencia de materia, frente a la imposibilidad de captar o recibir información, se evade para recrear y reinterpretar olores, sabores, del pasado o bien totalmente imaginarios.”
Una reflexió força interessant i curiosa, felicitats Fede! <3
Federico Evrard
Salut, Maria.
Salut, Maria.
Cap comentari:
Publica un comentari a l'entrada